viernes, 11 de marzo de 2011

El Avivamiento Irlandés 1858 - 1859












Cuatro jóvenes irlandeses sintieron en sus corazones una carga por la salvación de las almas. Creyeron en el poder de la oración y se reunieron para orar por un avivamiento. La historia de Jorge
Müller quien por medio de la oración sostuvo su gran orfanatorio en Bristol, Inglaterra, avivó la fe de los jóvenes. Comenzaron a creer que Dios también haría grandes cosas como respuesta a sus oraciones.

Otras personas que anhelaban ver un avivamiento se reunieron con este grupo. Luego vieron algunas conversiones definitivas como contestación a su intercesión. Enseguida les llegaron las noticias del gran avivamiento en los Estados Unidos bajo el ministerio de Carlos Finney. Oyeron también que en Nueva York un gran número de hombres de negocio se reunía diariamente para orar y como Jacob, clamaron: “No te dejaré si no me bendices” y creyeron la palabra de Dios en Mateo 18:19: “Si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieran, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.

Cultos de oración se multiplicaron y hubo conversiones cada día. El avivamiento era como un fuego en el bosque, que es pequeño en el principio pero luego se convierte en un grande incendio que se riega por todos lados. El avivamiento comenzó en Conner y su vecindario en el año 1858. Durante el año 1859, las llamas se regaron por Antrim, Downs, Derry, Tyrone y otros condados del Ulster. De este año se recuerda como “el año glorioso de la gracia”.

Al paso que el avivamiento se adelantaba, ardía con ardor intenso. En Conner las conversiones eran del tipo calmado, pero en Ahoghill, Ballymena y otros lugares la gente pecadora caía botada en el suelo bajo sus cargas aplastadoras e inaguantables, quedándose a veces postradas durante algunos días. Algunos de repente se sintieron como traspasados por espada afilada, y sus gritos de dolor se oían hasta en la calle y en los campos. Un campesino regresando del mercado en Ballymena estaba pensando en las compras del día. Se detuvo en el camino para contar su dinero.
De repente una presencia asombrosa le rodeó. Sus únicos pensamientos eran de su estado pecaminoso. Se sintió como si estuviera parado al borde del mismo infierno. Botó su dinero y él mismo se cayó en el polvo del camino y a gritos, pidió misericordia.

En Coleraine hubo una maravillosa obra entre los niños. La bendición había llegado al pueblo y una mañana el maestro de la escuela se fijo en que un niño no pudo poner atención en sus lecciones. Bondadosamente dio permiso para que un joven más grande que había encontrado paz con Dios, condujera al muchacho a su casa. Yendose por el camino, pasaron por una casa desocupada y dispusieron entrar en ella para orar. Al arrodillarse, la carga dolorosa se le quitó del corazón del niño. Se puso de pie en arrebato de gozo. Juntos regresaron a la escuela. El niño ya perdonado y rebosando de alegría, corriendo, se le acercó al maestro y con rostro resplandeciente exclamó: “¡Estoy muy feliz! ¡Tengo al Señor Jesús en mi corazón!” El efecto de sus palabras sencillas, era muy grande. Uno tras otro, muchos de los alumnos se levantaron y salieron del aula. El maestro salió detrás de ellos y los encontró arrodillados al pie del muro que rodeaba el campo de juego. Pronto sus oraciones silenciosas prorrumpieron en gritos agonizantes. Los pocos alumnos que habían quedado en la clase, oyeron sus oraciones y por medio de ellas, Dios tocó fuertemente sus corazones. Cayeron de rodillas y comenzaron a orar. Las niñas en el segundo nivel al oír sus gritos, cayeron de rodillas también y sus clamores se oyeron hasta en la calle.



















Vecinos
y peatones acudieron a la escuela y al no más cruzar el umbral de la puerta, fueron golpeados por fortísima convicción. Cada aula de la escuela se llenó con hombres y mujeres que buscaban a Dios. Mandaron a llamar a los pastores de las iglesias, quienes durante el día entero orientaron a los buscadores. La escuela se convirtió en “la casa de Dios” y “la mera puerta de los cielos”.

Le agradó a Dios usar de manera maravillosa el testimonio sencillo de los cuatro jóvenes de Conner. Por su medio el avivamiento llegó a Belfast. De repente los pastores que habían trabajado vanamente durante años, se hallaron rodeados por almas atormentadas por sus pecados, clamando por la Palabra.

El despertar que resultó, era sobresaliente. Era el más grande que Irlanda había visto durante muchas generaciones. Visitas llegaron de muchos países para ver el avivamiento. Las iglesias se llenaron y rebosaron. Los corazones de los pastores cantaron por gozo al ver que los pecadores agonizando por el estado triste de sus almas, prorrumpían en alegría estática al encontrar perdón y paz y enseguida salían con rostro resplandeciente a contar las buenas nuevas a los demás.

Como cosa frecuente de los grandes avivamientos, los nuevos convertidos llevaron el fuego a otros pueblos y ciudades. Un pastor de Coleraine cuenta como llegó el avivamiento a su pueblo. Se había anunciado un culto al aire libre en la plaza de Fairhill. Dos de los nuevos convertidos de un lugar a ocho o diez millas al sur, iban a dar sus testimonios. Era una hermosa tarde. Ni una nube oscurecía el cielo.

Poco después de las siete, grandes multitudes del pueblo y del campo venían de todos lados y llenaban la plaza, apretándose alrededor de la plataforma para poder escuchar los testimonios. Después de cantar y orar, un joven y un hombre de edad mediana, dieron mensajes cortos en que contaron detalladamente su propio despertamiento y exhortaron a los pecadores a rendirse a Cristo. A la media hora se dieron cuenta de que ni la mitad de la grande concurrencia podía oír las voces de los mensajeros. Se dispuso dividir a la multitud en grupos pequeños para que los ministros del Señor presentes pudieran predicarles. Así se formaron tres o cuatro congregaciones. La atención de los oyentes era sobresaliente a pesar de que los predicadores después contaron que sus mensajes habían sido muy sencillos. Casi al momento en que el último predicador finalizó su mensaje, se oyó un grito del grupo al lado de la plaza. Pasados unos diez minutos, gritos iguales salieron de cada uno de los grupos.

Las multitudes se asombraron al ver personas postradas en el suelo o sostenidas en los brazos de amigos y familiares, pidiendo en voz alta misericordia de parte de Dios. Un pastor en su esfuerzo de calmar a un pobre joven le preguntó: “¿Por que lloras?” La respuesta era una gran voz que decía: “¡Mis pecados! ¡Mis pecados! Señor Jesús, ten piedad de mi pobre alma. ¡Oh, Jesús, ven!” La misma cosa resultó por todos lados. Ningún consuelo hubo para los afligidos hasta sentir que Dios les había perdonado.


El avivamiento que brotó en la plaza, luego se regó a las casas, y durante toda la noche los pastores fueron llamados de casa en casa para orar con las pobres gentes. El nuevo amanecer halló a los ministros todavía trabajando con las almas.

Uno que estuvo en el avivamiento de Ballymena, contó que el despertar principió a principios de verano, cuando en Irlanda el anochecer era muy tarde y el amanecer era muy temprano. Muchas veces la gente amanecía en cultos que se habían prolongado toda la noche. Las iglesias se llenaron de gente y casi todas las familias de pueblo celebraban sus propios cultos familiares. Una parte de la hora del almuerzo generalmente se pasó en cantos, alabanzas y oraciones que se oían por todos lados. Miles de tratados fueron repartidos y fueron recibidos y leídos con gusto por la gente hambrienta de saber las cosas de Dios. Biblias que habían sido abandonadas por mucho tiempo, fueron sacadas y fueron leídas con gran hambre.

Cuando brotó el gran avivamiento hombres mundanos y perversos se enmudecieron con gran temor. Los cristianos fueron conmovidos con alegre comprensión de que por fin el gran avivamiento había llegado. Hombres descuidados y despreocupados, se arrodillaron y lloraron como niños. Borrachos y blasfemadores se volvieron sobrios y serios. Maestros de la escuela dominical y profesores de los colegios y universidades junto buscaron a Dios; creyentes fríos y tibios fueron movidos a fervor. Pastores que por largo tiempo habían trabajado con corazones pesados y cargados por la indiferencia de la gente, se encontraron rodeados por multitudes que buscaban a Dios. No fueron capaces de atender las innumerables invitaciones, súplicas y solicitudes que llegaron de parte de las almas que pedían sus oraciones y consejos.

Después de tiempos de sentirse convencidos por razón de sus pecados, los pecadores se echaron a los pies del Salvador, recibieron perdón y se volvieron instrumentos en buscar a otros y conducirles a Cristo.

El avivamiento no era simplemente un tiempo de grande emoción. La obra del Espíritu era profunda y duradera. El Reverendo Juan Stuart contó lo siguiente acerca de la obra del avivamiento en un lugar no muy lejos de Coleraine: “Jamás se ha visto un verano como el que acaba de pasar; jamás un otoño; y nunca un invierno como este que acabamos de vivir. Centenas de almas han sido convertidas a Dios; algunos fueron postrados por el Espíritu que les sobrevino como ‘ un viento recio que soplaba’; otros fueron convencidos y convertidos mientras que el Espíritu les hablaba en ‘silbo apacible y delicado’.”

“El primer efecto del avivamiento era un ‘temor que lleno a todos’. Enseguida todas las iglesias se llenaron hasta la asfixia y tuvimos que salir al campo libre para declarar el mensaje de misericordia a las multitudes de los hambrientos y sedientos.”

“Bancas en las iglesias, antes vacías, se llenaron y los pasillos no alcanzaron para la gente de a pie. Gran trabajo pastoral me tocó. Las almas llegaron a las iglesias solamente para lograr algo del pan de vida. Los domingos eran días de dulce refrigerio y todas las noches entre la semana ‘los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó’ y ‘el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos’. De los que fueron convertidos en mi pueblecito – aproximadamente doscientos en total – no conozco ni a uno que se volvió atrás”.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Evan Roberts y el Avivamiento en Gales


El avivamiento de Gales empezó en 1904. Comenzó como un movimiento de oración. Seth Joshua, un evangelista presbiteriano, llegó al colegio Emlyn en Newcastle (Inglaterra). En este colegio estudiaba un minero, Evan Roberts, de 26 años de edad, para entrar al ministerio. Los estudiantes estaban tan conmovidos que pidieron asistir a la siguiente campaña de Joshua. Entonces se suspendieron las clases para ir a Blaenerch, donde Seth Joshua oró en público: "Oh Dios, dobléganos." Evan Roberts se fue adelante y oró con gran agonía: "Oh Dios, doblégame."



Cuando regresó, ya no pudo concentrarse en sus estudios. Se fue al director del colegio y le explicó: "Sigo escuchando una voz que me dice que tengo que ir a casa y hablar a nuestros jóvenes en mi iglesia. ¿Es esta la voz del diablo o la voz del Espíritu?" El director respondió sabiamente: "El diablo nunca da órdenes como esta. Ud. puede tomar una semana libre." Entonces Evan se fue a su pueblo y dijo al pastor: "He venido para predicar." El pastor no estaba muy convencido, pero preguntó: "¿Qué te parece hablar en la reunión de oración el lunes?" Ni siquiera le dejó hablar en la reunión, sino dijo a los que asistieron: "Nuestro hermano joven, Evan Roberts, siente que tiene un mensaje para ustedes si desean quedarse al final."

Diecisiete personas se quedaron, y fueron impresionados con la manera directa de hablar del joven. Evan Roberts les dijo: "Tengo un mensaje de Dios para ustedes: Ustedes tienen que confesar ante Dios cada pecado del cual estén conscientes, y tienen que arreglar todo mal que han hecho a otros. Segundo, tienen que despojarse de todo hábito dudoso. Tercero, tienen que obedecer al Espíritu prontamente. Finalmente, tienen que confesar públicamente su fe en Cristo." A las diez de la noche, todas las diecisiete personas habían respondido. El pastor estaba tan contento que pidió: "¿Qué te parece hablar en el culto de misiones mañana por la noche? ¿Y el culto del miércoles de la noche?"El predicó toda la semana, y le pidieron quedarse otra semana más. Entonces llegó la victoria. De repente, las columnas eclesiásticas aburridas en los diarios cambiaron: "Grandes multitudes de personas están siendo atraídas a Loughor." La carretera principal donde se encontraba la iglesia, estaba repleta de gente que quería llegar a la iglesia. Los propietarios de tiendas las cerraban temprano para encontrar un asiento en la iglesia. Un reportero fue enviado y describió vivamente lo que vio: una reunión extraña que duró hasta las 4:25 de la madrugada; y aun a esa hora la gente no quería ir a casa.


El movimiento pasó sobre Gales como una marea alta; en cinco meses se convirtieron cien mil personas en todo el país. Cinco años después, el Dr.J.V.Morgan escribió un libro para desprestigiar el avivamiento; su crítica principal fue que de estos cien mil convertidos, ¡después de cinco años "solo" setenta y cinco mil seguían siendo miembros de iglesias! El impacto social fue asombroso. Por ejemplo, los jueces no tenían ningún caso a juzgar: no hubo robos, ni asaltos, ni violaciones, ni asesinatos, ni malversaciones, nada. Los consejos distritales tuvieron asambleas de emergencia para discutir de qué hacer con la policía que ahora se quedó sin trabajo. En cierto lugar, llamaron al sargento de la policía y le preguntaron: "¿Qué hace Ud. con su tiempo?" - El respondió: "Antes del avivamiento teníamos dos trabajos principales: prevenir delitos, y controlar multitudes como por ejemplo en partidos de fútbol. Desde que comenzó el avivamiento, prácticamente ya no hay delitos. Entonces simplemente nos quedamos con las multitudes." - Un miembro del consejo preguntó: "¿Qué significa esto?" - El sargento respondió: "Ud. sabe donde están las multitudes. Están llenando las iglesias." - "¿Pero cómo afecta esto a la policía?" - "Tenemos diecisiete policías en nuestro puesto. Tenemos tres cuartetos, y si alguna iglesia desea que cante un cuarteto, entonces nos llaman al puesto."

Mientras el avivamiento pasó por Gales, el alcoholismo se redujo a la mitad. Hubo una ola de bancarrotas - casi todas cantinas. Hubo también cierto atraso en las minas, porque muchos mineros se convirtieron y dejaron de hablar groserías; entonces sus caballos que jalaban las carretas de carbones en las minas, ya no podían comprender lo que les dijeron. El avivamiento afectó también la moral sexual. En los números provistos por los expertos del gobierno británico, se notó que en dos condados el número de nacimientos ilegítimos había bajado en 44% dentro de un año después del comienzo del avivamiento. El avivamiento pasó por Gran Bretaña, Escandinavia, Alemania, Norteamérica, Asia Austral, África, Brasil, México y Chile. Como siempre, comenzó con un movimiento de oración.

Evan Roberts no tenía los dones de un gran intelecto, ni era un orador elocuente, pero tenía una pasión ardiente por Jesús. Mientras otros jóvenes estaban paseando en sus veleros en la bahía, el joven Roberts asistía fielmente a las reuniones de oración. Aunque tenía solamente 26 años, Evan Roberts no tenía tiempo para distracciones y placeres juveniles. Día y noche sin cesar oraba, lloraba y suspiraba por un gran avivamiento espiritual. El escribió: "Por diez u once años había orado por avivamiento. Podía quedarme despierto toda la noche para leer o hablar sobre avivamiento." Finalmente fue desalojado de su cuarto alquilado, porque la propietaria pensaba que en su entusiasmo estaba poseído o un poco loco. Pasaba horas orando y predicando en su cuarto, hasta que la señora le tuvo miedo y le pidió marcharse. El papel de Evan Roberts en el avivamiento no fue nada convencional. A menudo simplemente guiaba a la gente en oración o leía las Escrituras. En otras ocasión se quedaba sentado tranquilamente, mientras la gente, uno por uno, confesaban sus pecados o dieron testimonio de la victoria y del poder de Cristo. También había tiempos gloriosos de adoración que duraban horas. Roberts solo daba instrucciones humildes de vez en cuando, y dejaba que el Espíritu Santo hiciera el resto. El era un ejemplo constante, no de como predicar, pero de como dejarse guiar por el Espíritu. El avivamiento galés fue una invasión poderosa del Espíritu; el reino de Dios se manifestó de manera radical en la tierra. Los ingresos de los trabajadores, en vez de malgastarse en bebidas y vicios, traían ahora gran alegría a sus familias. Grandes deudas fueron pagadas por miles de nuevos convertidos. Hacer restitución fue la orden del día. Los negocios de juegos y alcohol perdieron su trabajo, y los teatros cerraron. El fútbol fue olvidado tanto por los jugadores como por los espectadores, aunque no se dijo nada acerca de ello desde los púlpitos. La gente tenía nuevas vidas y nuevos intereses. Las reuniones políticas fueron suspendidas o abandonadas; nadie estaba interesado. Los líderes políticos del parlamento en Londres se dedicaron ellos mismos a las reuniones de avivamiento. Las barreras denominacionales, hechas por los hombres, colapsaron completamente cuando creyentes y pastores adoraban juntos a su Señor majestuoso."

Una de las características sobresalientes del avivamiento fue la confesión de pecados, no solo entre los incrédulos, sino entre los cristianos. Todos fueron quebrantados y se derritieron ante la cruz de Cristo. Durante todo el avivamiento, Evan Roberts enfatizaba constantemente la necesidad de tratar honestamente con el pecado, la obediencia completa hacia el Espíritu Santo, y la preeminencia del Señor Jesucristo. Evan Roberts fue un instrumento para traer sanidad a un país entero, porque se preocupaba y lloraba y oraba. El abrazó el corazón quebrantado de Dios y se lo volvió a ofrecer por medio de la oración y la intercesión. Como resultado, dondequiera que iba, los corazones se encendieron con el amor de Dios.

(artículo tomado de Logos más Espíritu)

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viernes, 27 de agosto de 2010

Profecia del Ultimo Mega Avivamiento en la Tierra - Tommy Hicks


Alrededor de 1960, el profeta y evangelista Tommy Hicks tuvo una revelación de la restauración de la iglesia para los tiempos finales antes de la venida de Jesucristo. Por el poder del Espíritu Santo el siervo de Dios Tommy Hicks condujo a miles de almas a los pies del Señor. Un 25 de julio alrededor de las 02:30, en Winnipeg, Canadá, Dios le dio esta visión:


Perspectiva de la Restauración de la iglesia antes de la venida de Cristo

"Quedé tan perturbado y conmovido por la revelación, que cambió mi perspectiva global del cuerpo de Cristo y del ministerio del tiempo del fin. Los mayores regalos que le hayan sido dados a la iglesia de Jesucristo están aún por venir.

No pude comprender la totalidad de la visión hasta que leí Joel 2:23: "Alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios, porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio". No solo enviará Dios la lluvia temprana y tardía, sino que va a dar a su pueblo una doble porción de su poder en estos últimos días.

Cuando se me apareció la visión me hallé de pronto a gran altura. Cuando de pronto el mundo entero estaba a la vista: cada nación, cada pueblo, cada lengua, desde el este y el oeste, desde el norte y el sur. Estaba en pie, temeroso y temblaba mientras contemplaba el gran panorama ante mí. En ese momento comenzaron los relámpagos y truenos.

El gran gigante dormido

Mientras los relámpagos iluminaban la superficie de la Tierra, bajé mis ojos. De pronto contemplé lo que parecía ser un gigante que miraba fijamente. Era inmenso, sus pies parecían tocar el polo norte y su cabeza el polo sur, sus brazos se estiraban de mar a mar. No sabía si era una montaña o un gigante. Al fin vi que era un gigante que luchaba por la vida, por vivir. Su cuerpo estaba cubierto de escombros de la cabeza a los pies y a intervalos movía su cuerpo y parecía que iba a incorporarse. Cuando lo hacía, miles de pequeñas criaturas escapaban de su cuerpo, espantosas criaturas que, cuando el gigante se aquietaba, regresaban a él.

De pronto este gigante levantó una mano hacia los cielos, y luego otra. Al hacerlo, estas miles de criaturas huían de él y desaparecían en la oscuridad y en la noche.

El gran gigante se levanta

Lentamente comenzó a levantarse y al hacerlo su cabeza y sus manos quedaron entre las nubes. Cuando se puso de pie se desprendió de los escombros y de la suciedad que lo cubría y comenzó a levantar sus manos a los cielos, mientras alababa al Señor

De pronto cada nube se volvió plata, la más hermosa plata que yo había visto jamás. El fenómeno era tan grandioso que no podía ni siquiera comenzar a comprender lo que todo ello significaba. Sumamente perturbado, lloré y dije: "Oh Señor, ¿qué significa esto?", y sentí como si realmente estuviera en el espíritu y en la presencia del Señor.

El derramamiento de la unción, la última gran visitación sobre la tierra

De pronto de aquellas nubes cayeron grandes gotas de luz líquida, llovía sobre el poderoso gigante y lentamente el gigante comenzó a fundirse como si penetrara en la Tierra misma. Mientras se disipaba su silueta, parecía fundirse sobre la faz de la Tierra. Esta gran lluvia comenzó a caer. Gotas de luz líquida comenzaron a inundar la misma Tierra. Repentinamente, el gigante que parecía fundido se transformó en millones de personas en todo el mundo. Mientras yo contemplaba la visión, esta gente se puso de pie, levantaban sus manos y alababan al Señor.

En ese momento vino un gran trueno que pareció rugir desde los cielos. Dirigí mis ojos al cielo, y de pronto vi una figura de blanco resplandeciente -el ser más glorioso que yo haya visto jamás en toda mi vida-. No vi su rostro, pero de alguna manera supe que era el Señor Jesucristo. Él extendía su mano a uno y otro lado. Mientras lo hacía a pueblos y naciones, a hombres y mujeres, señaló hacia ellos y esta luz líquida pareció fluir de sus manos sobre la gente y una poderosa unción vino sobre ellos, y entonces comenzaron a salir en el nombre del Señor.

La unción es rechazada por algunos.

No sé cuánto tiempo lo miré. Parecieron ser días, semanas y meses. Yo contemplaba a este Cristo y mientras Él continuaba extendiendo su mano, ocurrió una tragedia. Había mucha gente que rechazaba la unción de Dios y el llamado del Señor. Vi hombres y mujeres que conozco, gente que he creído con certeza que tenían el llamado de Dios, pero mientras Él extendía su mano hacia uno y otro lado, ellos simplemente agachaban la cabeza y se alejaban. Cada persona que bajaba su cabeza y le daba la espalda se alejaba y parecía entrar en la oscuridad. Las tinieblas los tragaban en todas partes.

Yo estaba perplejo mientras miraba. La gente a la que Él había ungido cubría la Tierra. Había cientos de miles de personas en todo el mundo: en África, Asia, Rusia, China, América

Prodigios y Señales en el Gran Avivamiento

La unción de Dios estaba sobre esta gente, mientras ellos marchaban en el nombre de Jesús. Había cavadores de zanjas, mujeres de limpieza, hombres ricos, hombres pobres. Vi gente herida con parálisis, enfermedades, ceguera y sordera. Según el Señor extendía su mano para darles la unción, ellos se ponían bien, se sanaban y se marchaban.

Este es el milagro. El glorioso milagro. Esta gente extendía sus manos exactamente como el Señor lo hacía y el mismo fuego líquido estaba en sus manos. Mientras las extendían, decían "de acuerdo a mi Palabra, sé sano".

Yo no me daba cuenta enteramente de lo que pasaba. Miré al Señor y dije: "¿Cuál es el significado de esto?" Él dijo: "Esto es lo que haré en los últimos días. Y restauraré todo lo que la oruga, el pulgón y el gusano han destruido. Este, mi pueblo en el tiempo final marchará como un poderoso ejército. Ellos cubrirán la faz de la Tierra".

Mientras me encontraba a una gran altura, pude contemplar el mundo entero y veía toda esa gente yendo y viniendo sobre la faz de la Tierra. Un hombre desde África sería transportado en un momento por el Espíritu de Dios a, tal vez Rusia, China, América o a algún otro lugar, y viceversa. Esta gente iba por todo el mundo, a través de fuego, pestilencias y hambre. Nada, ni el fuego o persecuciones parecía detenerlos.

Persecuciones fallidas y Conversiones masivas

Encolerizadas multitudes venían hacia los ungidos con espadas y pistolas, y como Jesús, pasaron entre la multitud y no pudieron encontrarlos. Los consagrados iban a todas partes extendiendo sus manos en el nombre del Señor de multitudes. Marchaban adelante como el ministerio de Cristo de los últimos tiempos y ministraban a la muchedumbre sobre la Tierra. Decenas de miles, incluso millones, parecían venir al Señor Jesucristo cuando esta gente se paraba delante de ellos y daban el mensaje de la venida del Reino.

¡Fue tan glorioso! Parecía que estaban aquellos que se revelaron y se enfurecían, y trataban de atacar a los obreros que daban el mensaje.

Dios está dando al mundo una demostración en la última hora, tal como nunca se ha conocido antes. Estos hombres y mujeres eran de todo estrato social. Las jerarquías no significaban nada. Cuando uno parecía tropezar y caer, otro venía y lo levantaba. No había ninguna actitud "yo" grande, "tú" pequeño. Cada monte era echado abajo y cada valle era exaltado. Parecían tener una cosa en común, un amor divino fluía delante de esta gente mientras andaban juntos, trabajaban juntos y vivían juntos. Era el tema de sus vidas.

Cuando los días pasaron, parado y contemplando la visión, solo pude llorar, y algunas veces reír. ¡Tan maravilloso era ver a esta gente yendo a través del mundo entero para mostrar el poder de Dios en el tiempo final!

Ola tras ola de avivamiento en la última gran visitación

Mientras yo miraba desde el mismo cielo, había veces cuando grandes diluvios de esta luz líquida parecía caer sobre grandes congregaciones. Ellas levantaban sus manos y alababan a Dios por lo que parecían ser horas e incluso días, mientras el Espíritu de Dios venía sobre ellos. Dios dijo: "Yo derramaré mi Espíritu sobre toda carne".

Esto era exactamente lo que estaba haciendo. Desde cada hombre y cada mujer que recibía este poder y unción de Dios, sus milagros fluían continuamente.

La venida del hijo de Dios por su Amada iglesia precediendo al avivamiento

De pronto hubo otro gran ruido de trueno que pareció resonar por todo el mundo. Otra vez escuché la voz que decía: "Ahora este es mi pueblo, esta es mi amada novia". Cuando la voz habló y miré sobre la Tierra, pude ver los lagos y montañas, las tumbas fueron abiertas en todo el mundo, los santos de todas las épocas parecían levantarse, venían de todas direcciones y parecían formar otra vez el cuerpo gigantesco. Los muertos en Cristo se levantaban primero, pero difícilmente pude comprenderlo.

¡Era tan maravilloso y tan lejos de todo lo que yo pude soñar o pensar!

La iglesia Gloriosa sin mancha y sin arruga y el día de Jehová grande y terrible

El inmenso cuerpo comenzó a formarse como un poderoso gigante, pero esta vez fue diferente. Estaba ataviado de hermoso y magnífico blanco. Sus vestidos eran sin mancha ni arruga, mientras el cuerpo se formaba con la gente de todas las épocas que se reunían. Lentamente desde los cielos el Señor Jesús se transformó en la cabeza. Escuché otra voz de trueno que dijo: "Esta es mi novia amada por la que yo he esperado, ella saldrá adelante incluso pasará por fuego. Esta es aquella a la que he amado desde el principio de los tiempos".

Mis ojos se volvieron al lejano norte y vi una gran destrucción, edificios derrumbados, hombres y mujeres que lloraban en gran angustia. Luego oí la cuarta voz que dijo: "Ahora es derramada mi ira sobre la faz de la Tierra". Desde todos los confines del mundo parecían derramarse grandes vasos de la ira de Dios. Puedo recordar cuando contemplaba la horrible vista de ciudades y naciones enteras que se derrumbaban en destrucción. Pude oír a la gente llorar, mientras se metían en cuevas, pero las cuevas y montañas se abrían. Se arrojaban al agua, pero el agua no los hundía. No había nada que pudiera destruirlos. Aunque ellos deseaban acabar con sus vidas, no lo conseguían.
El arrebatamiento

Nuevamente volví mis ojos hacia la gloriosa visión ataviada con sus hermosos y resplandecientes vestidos blancos. Lentamente, muy lentamente comenzó a levantarse de la Tierra y mientras lo hacía, desperté.

Final


La visión que yo había contemplado era el misterio del final de los tiempos. Nuevamente el 27 de julio a las 02:30 tuve la misma revelación, la misma visión vino una vez más. Mi vida cambió al comprender lo que vivía en este tiempo final. No sería doctrina. No sería "iglesismo", sino Jesucristo. Ellos llevarían la Palabra del Señor, como escuché tantas veces en la visión: "De acuerdo a mi Palabra será hecho".

¡Oh, gentes escúchenme!: "¡De acuerdo a mi Palabra será hecho!" ¡Vamos a ser vestidos con poder y unción de Dios! No tendremos que dar sermones. No dependeremos del hombre, tampoco seremos grupos denominacionales, ¡sino que tendremos el poder del Dios viviente! No temeremos a ningún hombre sino que iremos adelante en el nombre del Señor de multitudes."

El evangelista y profeta de Dios Tommy Hicks fue un prestigioso predicador en la década de 1950. Reconocido internacionalmente, predicó a miles de personas en diferentes países. Acompañado por el poder de Dios, su ministerio se caracterizó por las grandes señales, sanidades y una voz profética a la Iglesia, Causó un fuerte impacto en su encuentro con el presidente de los argentinos en ese tiempo, Juan Domingo Perón, por el cual oró a causa de una dolencia que padecía, y fue sanado instantáneamente, recibiendo todo el favor y la ayuda del gobierno para su campaña en Argentina. Miles de personas asistieron a sus reuniones, muchos enfermos fueron sanados milagrosamente y el mensaje profético fue proclamado trayendo a miles a los pies de Cristo.

Poco después de la visión, Hicks partió a la presencia del Señor en Los Ángeles, California, EE.UU.





presentado por Alex Salgado World Ministries.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Avivamiento en Chile









El viento del Espíritu Santo está soplando fuentemente sobre la iglesia de Chile. Un viento recio está siendo impartido por Dios en la Iglesia Evangélica Orando con Cristo y en diversas congregaciones que han decidido emprender una intensa búsqueda de la presencia de Dios. Creemos firmemente que esta es la hora para Latinoamérica, y que Dios nos está mostrando su rostro en conversiones, sanidades, dones, milagros y una fresca unción sobre su pueblo.

Desde inicios del año 2010, el Espíritu Santo ha estado derramando su poder, acrecentando el hambre y sed de su presencia. Sin lugar a dudas, Dios está preparando a su pueblo en un nuevo mover de Santidad y llenura de su presencia. Las Sagradas Escrituras parecen cobrar nueva vida y fresca inspiración, lo cual se percibe en las predicaciones, tiempo de adoración y ministración. Los ojos espirituales están siendo abiertos, para contemplar la obra gloriosa que Cristo está haciendo a traves de su Espíritu.

Un ambiente de gozo y espectación invade la congregación que parece estar siendo completamente renovada. La presencia manifiesta del Espíritu Santo se mueve en cada servicio, y nuevos dones y gozo se van añadiendo a aquellos que con humildad, pureza y perseverancia buscan el rostro de Dios.


El Pentecostés se hace cercano, los avivamientos pasados están siendo recordados, no con nostalgia, sino como inspiración y alegría, sabiendo que lo que Dios hizo en Azusa, Gales, Toronto, Pensacola y muchos otros sitios, están siendo repetidos en nuestra tierra latina.

Desde Bogotá, Colombia, nos llegan maravillosas noticias del poder de Dios. El Centro Mundial de Avivamiento, la iglesia hispana más grande del mundo, que realiza poderosos Congresos Mundiales de Avivamiento con más de 15.000 pastores y ministros de todo el mundo. Nos entregan un ejemplo perfecto del propósito de Dios para América Latina. Hoy como nunca el fuego del Espíritu Santo nos convoca al mayor avivamiento que nuestro planeta haya experimentado.

"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días" Joel 2:28-29.

Para solicitar Información sobre Conferencias del Espíritu Santo, favor escribir al Pastor Alex Salgado Daroch: alexsalgadod@gmail.com
Teléfono: 562-781 06 60 Santiago de Chile.